Impulsando la toma de decisiones informadas, la organización presentó datos actualizados sobre las poblaciones infantiles y juveniles del país durante un webinar.
Por Tatiana Pérez Rivera :: Oenegé

Funcionarias del IDJ: Estela Reyes, gerente de abogacía; Valery Blakely Vallecillo,
analista de investigación; Dra. María Enchautegui Román, directora de investigación
y conocimiento; y Sarah Vázquez Pérez, directora ejecutiva interina.
Ten en cuenta este dato real y reciente: 72,000 familias en Puerto Rico salen a trabajar todos los días y aun así no pueden dejar atrás el umbral de la pobreza. Alrededor de esta información se puede construir una respuesta coordinada entre las agencias y las organizaciones implicadas para reducir la cifra. Y como hablamos de personas, no solo de estadísticas, para mejorar su calidad de vida.
¿Para qué sirven los datos? ¿Por qué no se utilizan? El ejercicio antes mencionado, así como las múltiples respuestas que provocan ambas preguntas, fueron discutidas por especialistas del Instituto del Desarrollo de la Juventud (IDJ) durante el evento, “Uso de datos para un futuro próspero”, realizado de forma virtual como parte de su Semana de Datos 2025.
Dirigida a impulsar el uso estratégico de evidencia en el diseño de políticas públicas y programas que aseguren mejores oportunidades para las familias en el archipiélago puertorriqueño, la sesión de trabajo contó con la participación de Sarah Vázquez Pérez, directora ejecutiva interina de IDJ; Estela Reyes, gerente de abogacía; la doctora María Enchautegui Román, directora de investigación y conocimiento; y Valery Blakely Vallecillo, analista de investigación.
"Desde el instituto estamos convencidos de que la pobreza infantil puede bajar, ese número lo podemos solucionar".
Sarah Vázquez Pérez,
directora ejecutiva interina de IDJ |
La organización subrayó que mantiene sus esfuerzos concentrados en transformar la realidad de que hoy, en Puerto Rico, 5 de cada 10 menores viven en pobreza. Buscan remover las barreras que enfrentan las familias en su movilidad económica.
“Desde el instituto estamos convencidos de que la pobreza infantil puede bajar, ese número lo podemos solucionar. Hoy vamos a hacer un ejercicio de presentación de datos, pero con el lente de la solución, lo que queremos es que veamos que todos y todas podamos impulsar soluciones que hemos lanzado en nuestra agenda para que se puedan unir. Estamos convencidos de que esto es posible y si ustedes se conectaron a este espacio es porque creen como nosotras que remover estas barreras y lograr la movilidad económica en Puerto Rico para las familias que viven en pobreza es posible”, explicó Vázquez Pérez a manera de saludo.
Durante la presentación se actualizó el Índice de Bienestar de la Niñez y Juventud, herramienta distintiva del IDJ para retratar la situación de familias con menores entre los 0 y 17 años en nuestro país, analizada ante el crisol de cinco dimensiones clave del bienestar: economía, familia, educación, salud y seguridad. También se ofreció una ruta concreta para avanzar la movilidad económica de estas familias.
Vea aquí un resumen del Índice de Bienestar de la Niñez y Juventud 2025.
Se promovió además el uso del Centro de Datos de Familias -que puedes acceder visitando juventudpr.org- el cual te permite ver la situación en cada municipio del archipiélago y las jurisdicciones de Estados Unidos para diseñar soluciones específicas. En dicho apartado se ofrecen recomendaciones de política pública para la movilidad económica de las familias con niños, niñas y jóvenes en Puerto Rico.
El IDJ condensa en una sola plataforma datos propios y de otras fuentes confiables como el Censo, entre otras.
Tras destacar el “orgullo y la responsabilidad” que supone compartir los datos, la doctora Enchautegui destacó que, por lo general, “los datos no se usan porque no existen o porque no están asequibles” a medios, políticos, estudiantes, agencias gubernamentales y el sector privado. “Lo que hacemos es poner más de mil datos por municipios y visualizaciones”, indica la especialista.
Agregó que la política pública no se debe crear basada en “las vivencias de la gente” únicamente. “Ven el dato separado de las vivencias de la gente”, alerta Enchautegui, “en el Instituto nos aseguramos de que los datos también presenten las historias de la gente”. Destacó que cuando realizaron sus encuestas, una de las razones por las que las mujeres no se integran a la fuerza laboral cuando son las principales proveedoras del hogar es por la falta de cuidos de niños accesibles y variabilidad en el horario, dato que ofrece ua guía para comenzar a diseñar soluciones.
“Hay que tener cuidado de hacer política pública a base de anécdotas extremas”, alertó.
“Estamos tratando de expandir las bases de datos, muchas veces el Censo no contesta preguntas críticas”, señala y agrega que, a tales fines, han realizado dos Encuestas de familia -en el 2022 y el 2024- para medir la pobreza con nuevos elementos.
Al Índice de Bienestar de la Niñez y la Juventud y al Centro de Datos de Familias la organización une un nuevo módulo: Seguridad alimentaria en Puerto Rico. El dato más significativo de esta primera entrega es que 1 de cada 10 familias sufre inseguridad alimentaria extrema en el país.
DATOS QUE HABLAN Y MOVILIZAN
La gerente de abogacía del IDJ, Estela Reyes, puntualizó que “los datos están disponibles y tienen que ser la brújula que dirija todos los esfuerzos en favor de la niñez, la juventud y la familia”.
“Las familias merecen soluciones, mejores condiciones de vida, usemos datos para establecer política pública, cambios, para impulsar mayores oportunidades a las familias. Las prioridades de inversión deben estar dirigidas a que haya familias prósperas. Ahora que se evalúa el presupuesto general, debemos fomentar el debate sano de dónde estamos y sensibilizar la opinión pública, necesitamos datos y focalizar las necesidades de las familias. Tenemos que participar todos los sectores, el IDJ no logrará solo la meta”, insistió Reyes e invitó a sentarse a la mesa a crear soluciones y a revisar las iniciativas en marchas para hacer los ajustes que requieran o cambiar de rumbo en el objetivo de servir mejor a las familias en necesidad.
El IDJ ha compartido agendas de país en los pasados ciclos electorales y suele exhortar a que las políticas públicas que se implementen sean cohesivas, funciones entre sí e impacten a la familia. “El Instituto está listo para colaborar, tenemos los datos y las soluciones. Queremos ser un puente, apoyar técnicamente para lograr los objetivos que compartimos”, indicó Reyes.
Por su parte Enchautegui destacó que los datos de movilidad económica redondean la oferta de la plata forma. Comisionaron una encuesta puerta a puerta a la firma Ipsos en busca de las barreras de empleo para desarrollar su agenda alrededor del tema.
“Tuvimos la aportación fundación Robert Wood Johnson porque hacía falta mayor infraestructura de datos en Puerto Rico y eso es parte de lo que estamos haciendo”, explicó Enchautegui.
A preguntas de los participantes sobre la posibilidad de desarrollar un índice de movilidad social, destacaron que requeriría hacer una misma pregunta a la misma persona/familia a través del tiempo para obtener datos longitudinales.
El IDJ lleva 12 años como socio local de la iniciativa Kids Count Data Center del Annie E. Casey Foundation con el interés de la niñez cuente en el proceso de decisión de política pública en Puerto Rico y contar con una mirada clara del presente y el futuro.
“A veces es abrumador ver toda la información”, acepta la directora interina del IDJ, “que 72 mil familias trabajadoras salgan todos los días a trabajar y aun así vivan bajo niveles de pobreza me levanta un grado de alerta y urgencia; uno ya es demasiado y lo sabemos. Es urgente lograr el acceso a cuido y la variabilidad de horario. La gente quiere echar pa’ lante, tiene el deseo genuino de lograr movilidad económica y con cambios podemos mover la brújula. Podemos construir un Puerto Rico donde las familias quieran permanecer y crecer”.
“Los datos muestran la realidad de la familia, muchas están cambiando a familias monoparentales. El 67 % de los menores que viven bajo pobreza están en familias lideradas por mujeres. Nosotros contamos estos datos y cuando hablamos con familias nos contaban los malabares que tienen que hacer para mantener un trabajo”, agrega Blakely Vallecillo, analista de investigación del IDJ.
Para Enchautegui, el alto por ciento de niños que viven en pobreza no puede ignorarse. “Es demasiado alto y no lo podemos olvidar. Nuestra tasa es menor dos veces que la del estado más bajo, no tenemos tiempo para esto hay que resolverlo rápido. Hemos documentado los efectos de la pobreza, ese número nos debe concernir y preocupar”, alertó.
En el caso de Reyes, gerente de abogacía, confesó que “me espanta, me da terror cada vez que hacemos este trabajo y publicamos los números”.
“Y no quiero que dejen de espantarme. Quiero que me provoquen urgencia, acción, no ponemos esperar que el momento sea correcto para hacer legislaciones. Hemos escuchado por años un término trendy ‘desarrollo económico’ y mi reflexión es que no habrá capacidad para archipiélago de ser sostenible si no atendemos la situación de las familias: mejor educación, servicios salud, empleos. Que los niños puedan ser lo que quieran ser, que estén felices. Para quedarse en Puerto Rico hay que hacer que Puerto Rico prospere y en ese momento vamos a poder asegurar el futuro del desarrollo económico en el país”, acabó Reyes.
Para revisar, endosar y colaborar con la agenda para erradicar la pobreza infantil en Puerto Rico visita juventudpr.org.
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