En este año 2022 celebramos y conmemoramos la vida de un hombre que transformó los cimientos de las comunicaciones en la isla y cuyo legado histórico continúa impactando las vidas de miles de personas

 

Hace 120 años…


Siendo aún un adolescente Ángel Ramos se mudó de su Manatí
natal al Viejo San Juan, donde se integró a la vibrante
escena editorial de la capital.

En el 1902 nació en Manatí, Puerto Rico —en un hogar sencillo y de gente trabajadora— Ángel Miguel Ramos Torres, un niño que se convertiría en uno de los empresarios más destacados del país como administrador y fundador de la empresa de telecomunicaciones más importante de Puerto Rico y un verdadero pionero de las comunicaciones.

Conmemorar este aniversario es motivo de orgullo para la Fundación Ángel Ramos, que honra su legado con su nombre y con cada gestión a favor de promover la movilidad social en la isla.

Su historia de vida es testimonio de lucha y de éxito. Fue criado por su madre doña Braulia Torres, pues su padre falleció siendo él muy pequeño. Como muchos niños en la época, desde temprana edad, en su Manatí natal, trabajó en la pequeña imprenta de su pueblo y en la panadería de su tío donde despachaba dulces al salir de la escuela. Era un lector voraz y su interés en la lectura le llevó a adelantarse en algunas materias y a servir de tutor de sus compañeros de escuela.

Siendo apenas un adolescente, se muda solo a San Juan y comienza a trabajar en el recién estrenado periódico El Mundo (fundado en 1919 por los Hermanos Real, una familia canaria de larga tradición en el mundo editorial de la isla y en su España natal). Ramos comenzó como voceador, cantando por las calles del Viejo San Juan, las novedades noticiosas de las ediciones mañaneras y vespertinas del diario. Pero muy pronto, su talento y enfoque le fue abriendo puertas. Trabajó cerca de los tipógrafos y conoció la interioridad del negocio, al punto de que con tan solo 24 años fue nombrado administrador del periódico que poco a poco ganaba terreno como el principal del país.


A los 24 años Ramos se convirtió en administrador del periódico El Mundo, luego de haber aprendido
todas las áreas del negocio, desde laborar en las calles como voceador,
hasta trabajar en los talleres junto a los tipógrafos.

Con el paso de los años, Ramos se convierte en el dueño del periódico y en un gesto empresarial de visión de futuro, decide adquirir a WKAQ Radio, emisora que bautiza como Radio El Mundo.

Su figura no solo alcanzó prominencia en Puerto Rico, sino que su perfil como empresario de medios de comunicación, lo llevó a ostentar importantes posiciones en instituciones internacionales como la Sociedad Interamericana de Prensa; además de recibir reconocimientos como el prestigioso premio María Moors Cabot que otorga la Universidad de Columbia en Nueva York; afianzando así su lugar como una figura principal e influyente en Puerto Rico y en la región.

Su constante reflexión de cara al futuro lo llevó a mantenerse al día con las últimas tecnologías y fue así como participa y gana la carrera por traer la televisión a Puerto Rico. Ramos crea a Telemundo y consigue convertirla el 28 de marzo de 1954 en la primera televisora en transmitir en Puerto Rico. De este modo, Ramos creó lo que hoy día podría denominarse el primer conglomerado mediático puertorriqueño, aunque en la época era un concepto inexistente.


Su visión futuro lo llevó a adquirir WKAQ Radio —la cual denominó
Radio El Mundo— y a convertirse en el empresario que logró exitosamente
traer la televisión a Puerto Rico, al fundar Telemundo en el 1954
y ser la primera estación en transmitir una señal en la isla.

Durante la década del 50, Ramos se dedicó —además de a la exitosa administración de las empresas— a imaginar y diseñar el futuro de los medios en el país. Lideró y trabajó en la conceptualización de un edificio enorme, en el mismo corazón de Hato Rey, en el que no solo estarían las empresas El Mundo (el periódico, la emisora radial y la televisora), sino que se incorporarían agencias de publicidad y relaciones públicas, además de abrir paso a empresas derivadas. Durante esos mismos años y en diálogo con su esposa Tina, gestionó la creación de una fundación filantrópica, a través de la cual esperaba encaminar sus proyectos de ayuda a la comunidad.

Tristemente, Ramos no logró ver su sueño materializado pues falleció de una afición cardíaca, en el 1960 a los 58 años. Sin embargo, su viuda Tina Hills, no solo logró exitosamente encaminar, desarrollar y expandir la Fundación Ángel Ramos —hoy día una de las principales del país— sino que hizo exactamente lo mismo con las Empresas El Mundo, las cuales disfrutaron de décadas de crecimiento y labor en el país.

Su historia es la de un joven con conciencia de su presente, con curiosidad por el pasado y con hambre de futuro que logró convertirse por derecho propio en un modelo de empresarismo para todo Puerto Rico y en todo un visionario que trazó los caminos para el futuro que logró vislumbrar.

Hoy y siempre la Fundación Ángel Ramos celebra su vida, su legado y su inmensa aportación a Puerto Rico y al mundo.

 

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