La participante Wilmarie Merced Vázquez comparte sus impresiones sobre el largo camino de desarrollo que ha vivido acompañada de los especialistas de INOTEF.

Por Tatiana Pérez Rivera :: Oenegé


La cagüeña Wilmarie Merced Vázquez disfruta hace más de una década
de los servicios de INOTEF. Foto / Javier del Valle

Contar con alguien que te escuche y te oriente correctamente parece sencillo, pero no lo es. Por eso cuando encuentras atención, empatía y cordialidad en una organización, regresas a ella sin pensarlo dos veces.

Hace diez años que Wilmarie Merced Vázquez disfruta de los servicios que ofrece el Instituto de Orientación y Terapia Familiar (INOTEF) en Caguas porque se siente “en casa”.

“Desde que yo empecé siempre he tenido esa experiencia bonita y las ayudas que uno busca siempre las he encontrado aquí; he estado en otras organizaciones y no me ha gustado nada. Lo que yo he buscado desde el principio es (fortalecer) el manejo tanto mio, como persona, como de mis hijos porque yo soy madre soltera. Cuando empecé, mis gemelos Neyshalie y Gamalier que hoy tienen 24 años, tenían como cuatro o cinco años y aquí me ayudaron a (aprender) cómo atenderlos porque crecí en un hogar no muy bueno y no tenía el ejemplo; aquí busqué eso y lo tuve”, señala Merced.

Tenía 18 años cuando tuvo a sus gemelos y la maternidad le resultó difícil puesto que “no tenía un modelo a seguir”. “Aquí me ayudaron a mejorar, a mi y a mis hijos”, señala y comparte el apoyo que recibió para enfrentar problemas escolares de uno de sus hijos que terminaron siendo el resultado del padecimiento de hipoglucemia. “Pude ayudarlo a él y lidiar con las cosas que le estaban pasando”.

Merced aprendió a desarrollar sus fortalezas, a reforzar sus áreas débiles y a darle forma a su vida. “Yo no pensaba estudiar, terminé mi cuarto año, con mucho trabajo, y aquí me dieron los ánimos. Hoy en día tengo mi grado universitario de asistente de laboratorio con procesamiento electrónico. Siempre tengo el apoyo y si necesito ayuda de cualquier otra cosa, vivienda o otra cosa, ellos te refieren”.

INOTEF también dirige a sus participantes hacia procesos que les permitirán asegurar otros aspectos de su vida. “Te facilitan las cosas para llegar donde ellos, siempre tienen una atención especial para cada participante y se preocupan para que la ayuda (que reciben) sea lo que ellos necesitan”, menciona.

Merced ya es madre de tres hijos, la menor es la universitaria Yomaris, y descubrió que es una persona más fuerte de lo que pensaba.

“…aquí la situación emocional ha empeorado bastante y más en los adolescentes, se ve que se necesitan estos servicios y que lleguen a otras entidades”.

“Si no hubiera venido nunca aquí yo no sé que yo fuera. Nunca he tenido una mala experiencia aquí y te digo, he pasado por otros psicólogos, pero me han ayudado muchísimo y he recomendado a otros; a mi mamá la traje porque si me ayudó a mi, sé que a ella le va a ayudar también. También a un compañerito de mis hijas, pero como participante tú tienes que poner de tu parte, no puedes dejarle todo a los profesionales”, advierte.

Ante el escenario que se vive hoy en la isla provocado por dificultades económicas, energéticas, la pandemia por COVID-19 y el saldo de eventos de la naturaleza -como huracanes y terremotos-, la participante enfatiza en que el respaldo emocional es más requerido que nunca.

 “Sí, se necesita apoyo, aquí la situación emocional ha empeorado bastante y más en los adolescentes, se ve que se necesitan estos servicios y que lleguen a otras entidades. Yo lo veo como que estos sitios se deben conocer más, lo recomendé a una amiga para que la ayuden con esa debilidad, esa falta de motivación”, dice sobre el que considera es el primer problema en la isla.

Una de sus hijas ha aprovechado los servicios de INOTEF.

“Mi hija ha cambiado un montón y la relación mía y de ella mejoró del cielo a la tierra, mejoró un montón y se lo debo aquí, porque aquí buscan la manera. Cuando pasa una situación familiar y tienen que involucrar a otro familiar, aunque no sea participante del centro, puedes traerlo y hacen terapias familiares que ayudan un montón”, asegura.

Como INOTEF está de cumpleaños, Merced le desea “mucho éxito” y “que sigan dándole estos servicios a las personas”. “Y que tengan el apoyo de otras entidades porque lo necesitan para seguir dándole a otros el servicio que me han dado a mí; sé que han apoyado a mucha gente”, comparte su felicitación la participante.

Qué siga la fiesta de empatía.

Fotos y vídeo: Javier Del Valle

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