Exportar y establecer el valor de su obra son los principales retos abordados en el nuevo ciclo de esta iniciativa del Instituto de Cultura Puertorriqueña que está a punto de terminar.

Por Tatiana Pérez Rivera :: Oenegé


El proyecto estuvo muy activo en el año 2019 con la celebración simultánea de
ciclos dirigidos a las Artes Visuales, el Diseño, la Música y las Artesanías. / Suministrada ICP

La meta es clara. “Queremos que nuestros artistas puedan vivir bien de su trabajo, de su arte y de su creatividad”, dice entusiasmada Jessabet Vivas Capó, asesora programática del Instituto de Cultura Puertorriqueña (ICP).

Para ello hay que repensar la manera en que se contempla el proceso creativo, aprender a estructurar negocios y compartir herramientas útiles para lograrlo, temas que la agencia atiende en su ciclo Fábrica Cultural. Esta iniciativa educativa fue diseñada para capitalizar el potencial del sector cultural y creativo, impulsar el desarrollo económico sustentable del país y, de paso, robustecer el tejido cultural y social. Más de 100 participantes han tenido acceso a proyectos de capacitación en temas de emprendimiento, innovación, comercialización, administración y mercadeo para el sector cultural y de las artes.

La primera edición de la Fábrica Cultural se concentró en las
Artes Escénicas y se realizó en el 2018. / Suministrada ICP

La primera Fábrica Cultural fue dirigida a las Artes Escénicas y tuvo lugar en el 2018, en el Teatro Victoria Espinosa en Santurce. En el 2019 se realizaron de forma paralela las ediciones dirigidas a las Artes Visuales y el Diseño, así como las de Música y Artesanías. Ya en el 2021 la iniciativa retornó con el formato virtual que impone la pandemia y con una misión especial, el refuerzo de conceptos.

Fábrica Cultural de Refuerzos ofrece a 27 participantes de toda la isla, con distintas experiencias y quehaceres en las artes, la oportunidad de ajustar sus estrategias a las nuevas exigencias que reclaman estos tiempos.

“Siempre hay personas que necesitan apoyo y acompañamiento adicional”, opina Vivas. “Hay personas que hacen reajuste en su proyecto muy rápido y otros no”.


Al ciclo educativo han asistido participantes de toda la isla. / Suministrada ICP

“En vez de tener más números de egresados en Fábrica Cultural, quisimos asegurarnos de que los que pasaron por ella tengan claras las herramientas que fortalezcan su gestión empresarial”, añade.

El ciclo en formato virtual incluye nueve capacitaciones de dos horas, un mínimo de cuatro mentorías de 15 a 30 minutos y el esperado “Pitch Day”, en el que los participantes demuestran el conocimiento adquirido.

Profesores del Centro de Innovación y Comercialización de la Universidad de Puerto Rico, adscrito al recinto de Río Piedras, como Manuel Lobato, Jordi Maura, Carmen Espina, Agnes Montes, Anamari Irizarry y Camille Villafañe ofrecen los talleres.

LA PIEDRA EN EL CAMINO


Más de 100 participantes han tenido acceso a proyectos de capacitación en temas
de emprendimiento, innovación, comercialización, administración y mercadeo
para el sector cultural y de las artes. / Suministrada ICP

Lograr la exportación de productos culturales es una dificultad recurrente entre los creadores culturales y por primera vez se incluyó en el módulo de Fábrica Cultural.

“Somos reconocidos por nuestra cultura, arte y talento en el mundo, pero lo vemos mucho desde la perspectiva del entretenimiento, a pesar de que esta se nutre de nuestra cultura y nuestro arte. Tenemos grandes dificultades para exportar productos culturales o para participar en eventos en otros países, así que ese tema lo trabajamos en el taller “Oportunidades y estrategias de exportación para escalar la empresa a otro nivel”, señala Vivas.

Otra piedra en el camino es el ejercicio de estimar costos de productos o servicios culturales. En el entorno cultural, no es suficiente contemplar conceptos elementales como costo de materia prima, horas de trabajo o margen de ganancia. 

“Queremos ser un traductor, un trampolín para que emprendedores culturales comiencen a participar de los proyectos de desarrollo económico que ya se están dando en el país”.

“Tiene sus características particulares porque incluye otras consideraciones como, por ejemplo, la propiedad intelectual. Es muy difícil que el costo que se le da en el mercado a un producto cultural equivalga a lo que le ha dado la persona que lo crea. Trabajamos ese tema de cómo nos acercamos a los recursos que tienen, tanto económicos como humanos, la materia prima y la estructuración del costo adecuado para el producto, que les permita establecer un precio que sea rentable y que la gente lo pueda pagar”, detalla Vivas.

Porque la aspiración de Fábrica Cultural no es solo “promover el talento y la creatividad del ecosistema”, si no lograr “que comencemos a ver a los creadores en el arte y la cultura como profesionales que pueden vivir dignamente de su trabajo”.


La pandemia ha impuesto que Fábrica Cultural Refuerzos se realice de modo virtual. / Suministrada ICP

El ICP es partidario de que la gestión cultural integre la cartera de servicios básicos en el país. Si quedaba duda, ya los huracanes, los terremotos y la pandemia han demostrado su eficacia durante las duras jornadas que vivimos y las necesidades emocionales, espirituales y educativas que suplen.

El esperado “Pitch Day” con el que cierra este ciclo está pautado para el 19 de mayo.

Vivas destaca que los diversos ofrecimientos de capacitación para emprendedores en el país no suelen atraer a los creadores culturales, puesto que no contemplan sus particularidades.

“Queremos ser un traductor, un trampolín para que emprendedores culturales comiencen a participar de los proyectos de desarrollo económico que ya se están dando en el país, por eso es importante el pitch al final de la Fábrica Cultural. Tienes que presentar bien tu propuesta de valor, de servicio”, declara.


El formato virtual incluye además mentorías individuales. / Suministrada ICP

“Por lo general, el creativo cultural usa todos los sombreros: crea, trabaja en recursos humanos, en el mercadeo, en la publicidad y la búsqueda de fondos, pero eso no significa que esté adiestrado para eso. Para que no se tengan que dar 20 veces el cantazo con la misma piedra, presentamos estos temas claves en el desarrollo profesional y en el crecimiento económico. Por lo general, ellos lo tienen claro, el disloque está en cómo lo hago”, agrega sobre los participantes que han capacitado.

Además de Fábrica Cultural de Refuerzos, el ICP trabaja en alianza con FAR el proyecto “Cultura virtual”, dirigido a centros culturales y artesanos de las zonas suroeste afectadas por los terremotos.

Para más información, accede https://www.icp.pr.gov o visita su página en Facebook/ Instituto de Cultura Puertorriqueña.

 

 

 

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