Celebrar la trayectoria, la labor y la excelencia de una organización sin fines de lucro es motivo de orgullo para la Fundación Ángel Ramos. Ahora bien, seleccionar a cuál reconocer cada año, cuando en el ecosistema del tercer sector en Puerto Rico abundan las iniciativas disciplinadas y consistentes en el compromiso de servir a sus participantes y comunidades, verdaderamente es una experiencia de crecimiento extraordinaria. 
 
El Premio Tina Hills se honra en reconocer la ejecución impecable del sector en el país a lo largo de 25 ediciones del galardón. Tocamos la puerta de cada pasado ganador. Sus méritos evolucionan con los tiempos y su entrega permanece intacta. ¿Qué ha pasado con las organizaciones que han obtenido el premio? Entérate en los perfiles acerca de ellas que, a partir de hoy, y hasta el 14 de noviembre, publicaremos en Oenegé.

Meta: Ajustarse a los requerimientos de los nuevos tiempos para seguir sirviendo a los niños desprotegidos.

Por Tatiana Pérez Rivera :: Oenegé


Lecciones de música para todos. Fotos / Suministrada / Facebook

El conocimiento, lo tienen. Afinarlo a las nuevas exigencias de estos tiempos para atender a varones menores de edad removidos de sus hogares, a causa de la violencia y el abuso, ha sido una corriente en la que ha debido insertarse la Casa de Niños Manuel Fernández Juncos, organización con 116 años de experiencia en Puerto Rico. Cuando ganaron el Premio Tina Hills en el 2004, lo destinaron a necesidades urgentes.



Transición a la educación virtual durante la pandemia.
Fotos / Suministrada / Facebook

“El impacto fue grande porque pudimos resolver el medio que tenían los nenes para ir a los colegios y a las escuelas, se compraron dos guaguas escolares con cabida para 16 personas. Antes había una guagüita viejita, en las últimas condiciones, y había que dar doble viaje para llevarlos porque en ese entonces teníamos unos 30 participantes. Esa era la limitación para llevarlos”, explica Migdalia Noboa Rosado, asistente administrativo en la organización desde el 2013.

Hace poco más de un año, la Casa Manuel Fernández Juncos recibió a su nuevo director, el Padre Rodolfo Vega Carranza, de la orden Terciarios Capuchinos, quienes mantienen el sistema psicopedagógico Amigoniano que privilegia el que encaren sus realidades y encuentren sentido a sus vidas siendo útiles a la sociedad. Llegó para unirse a los retos recientes del albergue que ahora cuenta con 14 niños, aunque podrían albergar hasta 25. Anualmente, reciben un promedio de 38 casos, 9 de ellos suelen ser desertores escolares.

“La Casa ha superado varios retos, uno de ellos fue el huracán María que ha traído muchas limitaciones por todo lo que conllevan estos fenómenos atmosféricos. Luego de eso se sumó la pandemia, en la que hemos tenido que hacer muchos ajustes en la estructura de la casa para poder habilitar un espacio para atender a los chicos que estuvieron positivos al COVID y para cumplir con los protocolos de saneamiento tuvieron que hacerse muchas actividades, eso fue un reto grande. Y el más reciente, que ha sido significativo, es que logramos acreditarnos para poder cumplir con la ley Family First del Departamento de la Familia”, sostiene Noboa.

Aprobada en el 2018, la ley federal cambia el acercamiento del Estado al maltrato de menores, ya que ahora busca prevenir la separación de las familias y procura su fortalecimiento, al que le destinará mayores fondos económicos. El tradicional rol de los albergues cambia por completo, puesto que el traslado de menores a instituciones residenciales no será la primera vía de acción.

“Lamentablemente, en este tiempo ha habido muchas instituciones que no han podido cumplir con dicha ley por todo lo que conlleva la misma y la Casa de Niños, gracias a Dios, fue acreditada hasta el 2026. Eso nos permite estar muy bien posicionados ante el Departamento de Familia, que es el primer ente que nos licencia, y ellos requieren a las instituciones que cumplan con esta ley para poder seguir operando. Así que, la Casa ahora mismo se encuentra entre los primeros que han logrado la acreditación en Puerto Rico. Fueron casi dos años de mucho esfuerzo, de mucha preparación, de mucho gasto, porque costó muchísimo esta acreditación, y a parte del factor económico, los esfuerzos emocionales y mentales porque hubo cambios de procesos para mejorar y cumplir con la ley, pero ya la tenemos”, dice satisfecha.

“Estamos muy esperanzados en que al haber recibido la licencia estemos más capacitados para brindar los mejores servicios a los chicos”.

Esta organización centenaria asegura estar lista para los nuevos estilos en el servicio a su población. Aceptaron el cambio y ven el futuro “muy positivo, muy alentador”. “Estamos optimistas, preparados con Dios por delante y confiados en la capacitación y la preparación que hemos tenido”.

“Ahora podemos enfrentar casos que se presentan enfocados en trauma, así que la Casa está preparada para asumir esas situaciones”, menciona Noboa y agrega que, en ocasiones, encuentran mayores desafíos en las conductas de los menores, aunque el personal está capacitado para manejarlos.


Juan Luis Hernández es egresado de la Casa Manuel Fernández Juncos
y retornó a ella como educador. Foto / Javier del Valle

Datos de la Casa Manuel Fernández Juncos revelan que, anualmente, se reportan 16,000 casos de niños maltratados; entre el 11% y el 15% de estos fueron casos atendidos por el Departamento de la Familia.

La receta en el trabajo con los menores en la Casa es la misma y no cambia; tiene varios ingredientes. “El amor, la paciencia, el compromiso, la responsabilidad, la entrega de uno estar ahí y cumplir bien su rol porque es una responsabilidad muy grande estar frente a estos chicos que tienen unos daños muy marcados y serios”, expresa.

Noboa indica, además, que el Departamento de la Familia podría gestionar un aumento en la cantidad de participantes en la Casa, debido a que otras instituciones no han podido cumplir con los requisitos que exige la ley federal Family First.

Celebran, también, el apoyo de la Fundación Ángel Ramos en los servicios psicológicos que reciben los participantes.

“Estamos muy esperanzados en que al haber recibido la licencia estemos más capacitados para brindar los mejores servicios a los chicos. Ellos son la razón de ser de la Casa y todo lo que sea por el bien de ellos, por ahí vamos a entrar” resume Noboa.

Casa de Niños Manuel Fernández Juncos

Fundación: 1906

Labor: educación y albergue a varones entre los 8 y 18 años removidos de sus hogares a causa del abuso, la negligencia y la violencia.

Ubicación: San Juan

 


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